sábado, febrero 24, 2007

Nuestra historia y de las comunidades de Chisec

Historia Agraria en Chisec y la Franja Transversal del Norte

Imagen panorámica del Casco Urbano del municipio de Chisec, Calle principal.
Hace 50 años, esta área de la FTN era considerada como un baldío, un territorio virgen. La primera gran incursión en la zona fue para abrir un camino para extraer petróleo a través de un oleoducto (el tubo) en la década de los años 1970. En este tiempo, el Estado entregaba grandes parcelas de forma individual a familias ladinas del oriente del país para desarrollar la ganadería a lo largo de todo el camino de terracería. Por su lado, los indígenas q'eqchi’es, mucho más numerosos, debían formar comunidades para poder ocupar tierras vírgenes (baldíos) o tierras de la nación (fincas nacionales). En general eran tierras más quebradas y retiradas, en las cuales las familias indígenas empezaron a establecer sus milpas, (sistema indígena en el cual una familia produce en asociación maíz, frijol, chilacayote y otras hierbas comestibles). La política de colonización de la FTN permitió al Estado responder a dos necesidades a la vez, integrar al territorio nacional tierras ricas en recursos naturales y encontrar una válvula de escape para la abundante población indígena de las tierras altas de Alta Verapaz, campesinos sin suficiente tierra en comunidades rodeadas por grandes fincas cafetaleras o mozos colonos de esta mismas fincas desde varias generaciones (situación en la cual se les puede considerar como siervos de los tiempos modernos).

Una nueva política de colonización de estas tierras se instauró en la década de los años 1980, impulsada esta vez por el ejército como una política de recuperación del territorio después de los años más oscuros de la guerra civil (política de lucha contra la guerrilla). En la FTN, después los años de conflicto, sólo los finqueros y los propietarios ladinos pudieron hacer reconocer sus derechos de propiedad anteriores. Después de las masacres, los desplazamientos y el despojo de sus tierras, las comunidades indígenas se encontraron bajo control militar. El ejército redistribuyó las tierras a las familias indígenas, sin hacer diferencias entre desplazados internos y nuevas familias llegando de las tierras altas, es decir sin respetar los derechos de posesión anteriores, los cuales nunca habían podido ser registrados como derechos de propiedad formales.

Por supuesto, los Acuerdos de Paz entre la guerrilla y el gobierno trataron de la conflictividad agraria, llegando a la definición de mecanismos de acceso a la tierra para las familias campesinas gracias a la creación de una nueva institución: el Fondo de Tierras (FONTIERRAS). Después diez años de funcionamiento, los resultados no son satisfactorios, la situación agraria sigue igual por la falta de voluntad política. Basados sobre la creación de un mercado activo de compra/venta de tierra, estos mecanismos apoyados por el Banco Mundial permitieron más que todo a los finqueros vender sus peores tierras a precios muy altos, tierras pagadas por el Estado y entregadas bajo forma de préstamo a las familias campesinas. En la FTN, la política de acceso a la tierra se ha traducido en la regularización de las tierras en manos de comunidades indígenas, eso fue y sigue siendo el trabajo de FONTIERRAS. Después años de trámites sin resultados (más de veinte años para las más antiguas), muchas comunidades lograron, a partir del año 2000, sus títulos de propiedad como Patrimonio Agrario Colectivo. Esta forma jurídica es solo un estatuto transitorio que permite empezar el siguiente proceso: la desmembración en parcelas individuales, proceso realizado por ingenieros y abogados y pagado por los comunitarios.

El modelo impulsado es el modelo de la propiedad privada individual. El objetivo de la política de regularización de los derechos de propiedad es crear un país de pequeños finqueros. La propiedad colectiva es considerada como un freno al desarrollo. Los resultados de estas políticas son el aumento de las ventas de tierra por los pequeños propietarios individuales y el debilitamiento de las dinámicas comunitarias de gestión del territorio.

Colonización:
Los procesos de colonización no lograron establecer economías campesinas y familiares fuertes. Los años de ajuste estructural impuesto por las políticas neoliberales, ellas mismas impuestas por las organizaciones económicas internacionales (FMI, Banco Mundial) no dejaron estos procesos desarrollarse durante los años 1980-1990. Sin asistencia técnica, muy dependientes de sus ventas de maíz y cardamomo (con precios a la baja), originarios de tierras frías (con tipos de cultivos diferentes), con un historial de ser peones en fincas de monocultivo de café (dificultad para volverse campesino autónomo), soñando del modelo inalcanzable de ser ganadero, sin capital para invertir, toda una suma de condiciones adversas para estas familias campesinas, a las cuales hay que agregar la carencia de carreteras, sistema de salud y educación. Atrapadas en la sociedad mercantilista, las familias campesinas deben tener ingresos, y esto no sólo les obliga a vender su mano de obra, sino también a vender sus tierras a las plantaciones de palma, grandes beneficiarias de la situación.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un bonito municipio, solo que hace mucho calor, pero la gente es entusiasta.

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